Utilizar un protector de colchón
Existen dos tipos de protector de colchón: el modelo clásico, confeccionado generalmente en algodón 100%, que te permitirá proteger tu colchón contra el sudor o fugas menores. Si deseas una máxima protección, opta por la segunda opción, es decir un modelo impermeable. Este tipo de protector está hecho de algodón, pero también de un revestimiento en poliéster que te permitirá tener siempre un colchón seco en tu cama.
Recuerda que la funda protectora debe siempre colocarse bajo la sábana bajera y sobre el colchón para protegerlo de la suciedad. Ten en cuenta que todas las noches, el cuerpo humano libera aproximadamente 0,5 litros de agua en forma de sudor, creando así un ambiente propicio para el desarrollo de bacterias y microbios. La utilización de una funda protectora permite, no sólo, conservar tu colchón por más tiempo, sino que también es bastante recomendada para las personas que sufren de alergias; incluso si la cama ya dispone de un colchón antibacteriano o anti-ácaros.
Las fundas protectoras vienen en diferentes tamaños y medidas y se ajustan perfectamente a cualquier tipo de cama. También existen modelos en muletón – una tela gruesa, suave y afelpada de algodón – o de tipo esponja.
Además de esto, existen también diferentes protectores para el colchón. El primero de ellos es el protector tradicional, que cubre sólo la superficie del colchón y se sostiene con elásticos en cuatro esquinas; el segundo de ellos es el protector de tipo funda con cierre, que cubre completamente todos los lados del colchón, asegurando una perfecta protección.
No olvides que también existen protectores decorativos que permiten darle un toque único a tu cama. Es el caso de los cubre-somier en algodón blanco que camuflan muy bien la parte inferior de la cama. Disponible en diferentes tallas, esta funda de protección se adapta a cualquier somier.
Utilizar una funda protectora de almohada
Las fundas protectoras de almohada son ideales para proteger y conservar la higiene de tu cama y para crear una barrera contra la transpiración. Recuerda que, sin esta protección, la almohada debe lavarse regularmente. Sin embargo, que sean en pluma, en poliéster o en espuma viscoelástica (adaptable a la forma del cuerpo como un molde), las almohadas pueden perder su volumen y su esponjosidad, después de cada lavado. Diseñadas a partir de lana de algodón, las fundas protectoras de almohada siguen siendo muy duraderas y pueden conservar toda su suavidad incluso después de cada lavado.